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La Enana Marrón

Por Oscar Curieses

Enero 2006

La Enana Marrón es uno de los pocos lugares en Madrid donde se puede ver todo tipo de cine independiente en sus distintos formatos. La diferencia con respecto a otras salas en las que se proyecta como La Casa de América, El Círculo de Bellas Artes, el Museo Reina Sofía, el Cine Doré y otros, es que surgió del esfuerzo de individuos -y no tanto de instituciones- que sentían que el cine independiente apenas tenía cabida en la ciudad. Que lo institucional garantice y fomente este tipo de cine resulta muy necesario, pero no puede ser exclusivamente esa la única vía, porque en última instancia se produce una dependencia extrema que termina coartando la libertad de este tipo de iniciativas. Pensemos, ¿qué tipo de institución financia una película crítica bien articulada hacia ella misma? Casi ninguna.

La Enana Marrón se inauguró el 21 de octubre de 1999 y por su pantalla han pasado más de 5.000 películas hasta la fecha, entiéndanse como películas también los cortometrajes. Su gestación no se produjo de la noche a la mañana sino que surgió de la evolución y consolidación de iniciativas anteriores que se remontan a 1996, cuando se puso en marcha el Fenatikiscopio Itinerante, iniciativa que proyectaba en distintos lugares de Madrid y que ofreció sesiones -por ejemplo- en la quinta planta de la calle Gran Vía nº 1 y en el Parque de Atenas. Con el paso del tiempo el Fenakitiscopio se unió al colectivo El Ojo Atómico y siguieron proyectando en un local cedido en el barrio de Prosperidad, desde el otoño de 1996 hasta enero de 1997, momento en el que se tuvo que desalojar dicho espacio. En el verano de 1997 surgió la Zona de Acción Temporal, situada en Lavapiés, donde además de proyectar cine se realizaban exposiciones y performance. Este fue el último paso antes del nacimiento de La Enana Marrón que ha conservado parcialmente algunos de los objetivos de la Zona de Acción Temporal como el Cine Acción, que consiste en una performance vinculada a lo cinematográfico.

En La Enana Marrón la relación que existe entre la obra y sus espectadores varía notablemente. Este es quizá uno de los aspectos más importantes del proyecto, no se trata de engullir la proyección y marcharse después, sino de fomentar el diálogo entre los espectadores y los autores, o las personas próximas a las películas; generalmente siempre se cuenta con la asistencia de directores y organizadores de los ciclos. Este espacio alternativo se ha convertido y se ha consolidado en una sala de cine estable para la exhibición de cortometrajes en 16 mm., 35 mm. y super8. También da cabida a los distintos tipos de metraje existentes en la obra cinematográfica -cortometrajes, mediometrajes y largometrajes- y a los distintos tipos de cine que configuran el amplio abanico de lo cinematográfico como el cine de animación o el cine abstracto, por poner sólo un par de ejemplos. Toda esta variedad ofrecida por La Enana Marrón que sistemáticamente rechaza la gran industria y sus cines, revela cuán pobre y dictatorial resulta el mercado cinematográfico actual, que impone en un 90% de los casos el largometraje de ficción en formato de 35mm como idea universal de película. Rara vez se ofrecen obras documentales -alguna más en los últimos años- y las obras de animación que se pueden ver en los grandes cines, por lo general provienen de la factoría del señor Disney. No debemos olvidar la importancia que a lo largo de la Historia del Arte han tenido los distintos soportes y formatos, los cuales se convirtieron en un aspecto esencial e incluso de innovación para las obras de arte. La ruptura con las formas más tradicionales ha posibilitado en muchos casos el progreso de las artes. ¿Cómo se podría terminar con la dictadura comercial del largometraje de ficción? Parece una tarea imposible; sin embargo, poco a poco y gracias a iniciativas como la de La Enana Marrón podemos encontrar otras obras cinematográficas dentro del cine. Lo que aparece manifiestamente claro es la extrema pobreza y lo dictatorial de la gran industria, quien sólo tolera el largometraje de ficción en 35 mm. como formato. Pues bien, esa extrema pobreza parece ser la situación del mercado cinematográfico en la actualidad, y esa es también la lucha de las salas de cine independiente.

En La Enana Marrón también existe un profundo amor por la Historia del Cine, un deseo de mostrar que muchas de las consideradas últimas novedades se encontraban ya en los clásicos del cine mudo -por ejemplo- o que han sido copiadas de las producciones verdaderamente independientes. La sala proyecta obras pertenecientes a lo que podría denominar la otra Historia del Cine, de la que apenas se ve o se habla y la que rara vez se enseña en las escuelas de cine o universidades, tanto por pereza como por desconocimiento. De esa otra Historia del Cine se aprovecha la gran industria, que vende ciertas innovaciones como algo propio cuando lo fusila-plagia sin citar las fuentes de celuloide.

[ La Enana Marrón se encuentra en la Travesía de San Mateo, 8, bajo derecha.
Más información www.laenanamarron.org/ ]
Óscar Curieses es autor del libro "Sonetos del útero". Leer más >>
Valentín Pérez Venzalá (Editor). NIF: 51927088B. Avda. Pablo Neruda, 130 - info[arrobita]minobitia.com - Tél. 620 76 52 60